Neurodiversidades en el mundo laboral: ¿cómo construir un ambiente más inclusivo?

En este artículo, vamos a abordar algunos conceptos generales sobre las principales neurodivergencias, explicar los desafíos más frecuentes que presentan en el entorno laboral y analizar qué acciones se pueden tomar, de forma individual o colectiva, para que las personas con un trastorno de neurodesarrollo puedan sentirse más cómodas en su día a día. Pero primero, empecemos por comprender la diferencia entre el término “neurotípico” y “neurodivergente”.

Comprendiendo las diferencias: Neurotípicos vs. Neurodivergentes

Hoy en día se utiliza el término “neurodivergente” para referirse a quienes experimentamos diferencias en el funcionamiento cognitivo, comportamental, neurológico y neuroanatómico. El concepto de neurodivergencia engloba una variedad de trastornos, como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el Trastorno del Espectro Autista (TEA), el Trastorno Específico del Aprendizaje (incluyendo la Dislexia), los Trastornos del Desarrollo Intelectual, los Trastornos de la Comunicación y los Trastornos Motores.

Por otro lado, el término “neurotípico” describe a las personas cuyo desarrollo y funcionamiento neurológico siguen patrones regulares.

Los desafíos de ser neurodivergente en el ámbito laboral

Al trabajar en una empresa, las personas neurodivergentes nos encontramos con una serie de desafíos. Tomando los tres trastornos más comunes, vamos a explorar las principales dificultades que solemos enfrentar en este entorno.

- El TEA se caracteriza por un desarrollo atípico, manifestaciones conductuales, déficits de comunicación e interacción social y patrones de conducta repetitivos y estereotipados. Los mayores desafíos asociados con el TEA son la interacción social, la comunicación y la sensibilidad sensorial. Los sonidos a un volumen muy alto pueden resultar tan molestos como un dolor físico, lo que hace que los canales de comunicación escrita, como un ticket, un e-mail o un mensaje instantáneo, sean más efectivos.

- El TDAH comprende la dificultad para prestar atención, la hiperactividad y la conducta impulsiva. En el ámbito laboral, los desafíos más significativos están relacionados con los cambios de contexto, la gestión del tiempo, solicitudes mal estructuradas o formuladas sin precisión y las constantes distracciones o interrupciones.

- La Dislexia se caracteriza por dificultades en el reconocimiento preciso y/o fluido de las palabras, la decodificación y la ortografía. En el contexto laboral, pueden surgir complicaciones en la interpretación del lenguaje escrito, las habilidades matemáticas y la identificación de símbolos. En casos particulares puede afectar la memoria a corto plazo, la comunicación verbal y la percepción espacial.

Dos grandes errores: invisibilización y romantización

Nuestros prejuicios y estereotipos generan dos grandes problemas en la interacción con personas neurodivergentes: la invisibilización y la romantización.

Cuando alguien comparte su diagnóstico de un trastorno del neurodesarrollo, es común que, de manera instintiva, respondamos con comentarios como "Yo también soy un poco TDAH" o "A mí también me cuesta concentrarme en ambientes ruidosos", con el objetivo de que esa persona no se sienta “diferente” o excluida. Lejos de generar integración, esas acciones producen una invisibilización de su realidad, impidiendo que se desarrollen mecanismos, e incluso leyes, que ayuden a una persona neurodivergente a tener la misma calidad de vida que los demás.

Por otro lado, la romantización crea una narrativa que intenta enaltecer la neurodivergencia como un rasgo positivo. Al afirmar frases como "La hiperconcentración es un superpoder" o "Las personas autistas son genios", en el fondo estamos ignorando por completo el sufrimiento que puede existir detrás de esas características.

Claves para integrar las neurodivergencias en el espacio de trabajo

Es fundamental construir una cultura organizacional inclusiva en la que se celebre la diversidad con un enfoque abierto y empático. Para lograrlo, las empresas pueden implementar distintas acciones, empezando por establecer políticas y prácticas inclusivas, con metas y objetivos que puedan ser evaluados a lo largo del tiempo.

Asesorarse con profesionales y establecer alianzas con organizaciones especializadas pueden ser de gran ayuda en el momento de implementar estrategias de apoyo y adaptaciones del lugar de trabajo. Es muy importante que las personas neurodivergentes puedan trabajar en un entorno seguro, respetuoso y confiable, en el que cuenten con flexibilidad y apoyo emocional sin tener miedo a manifestarse.

Generar espacios de formación y sensibilización para todos los team members, como charlas informativas y capacitaciones, son la base para fomentar el diálogo y el intercambio de experiencias, y brindar herramientas para crear un entorno laboral inclusivo en el que se valora la diversidad.

En ese sentido, es clave que quienes lideran equipos cuenten con los recursos necesarios para lograr que todos los integrantes se sientan cómodos con las metodologías de trabajo y las vías de comunicación elegidas. A modo de ejemplo, si bien invitar a todos los participantes a exponer en público es una práctica habitual, en muchos casos esto puede representar una situación muy estresante y percibida como una experiencia violenta.

Creación de mi propio framework

A lo largo de estos años, para poder desempeñarme al mismo nivel que una persona neurotípica y sentirme cómodo trabajando, fui construyendo mi propio marco de trabajo. Desde aplicaciones tecnológicas hasta un tablero de post-its, estas herramientas adaptadas a mis necesidades se volvieron imprescindibles en la realización de mis tareas diarias.

- Programar alarmas: cada vez que tengo un compromiso, configuro distintas alarmas que me permitan tenerlo presente y anticiparme al mismo.

- Utilizar aplicaciones: las principales apps que me ayudan diariamente son BeFocused (para organizar mi tiempo con el método Pomodoro), Grammarly (para corregir mis comunicaciones escritas) y MindNode (para crear mapas mentales).

- Evitar escuchar música: en general, prefiero trabajar en un clima silencioso, ya que escuchar música representa una gran barrera a la hora de concentrarme. Cuando estoy en un ambiente ruidoso, para poder enfocarme en lo mío, me resulta de mucha ayuda escuchar música instrumental y que preferentemente no conozca.

- Organizarme con un sistema de post-its: cuento con un esquema de post-its de colores y armo con ellos un tablero. Cuando algo es muy importante y necesito recordarlo, pego los papelitos al pie de la pantalla para asegurarme que sea mi prioridad.

- Tener el escritorio despejado: generalmente evito tener muchos objetos en mi escritorio.

- Realizar actividades que estimulen la dopamina: al tener TDAH, necesito estimular la dopamina, un neurotransmisor que participa en funciones cerebrales como el aprendizaje, la memoria y el estado de ánimo. Para eso, durante mis recreos practico actividades que la estimulan, como escalada, pintura, escritura o guitarra.

- Generar una comunicación efectiva: siempre solicito y realizo pedidos claros, manteniendo procesos ordenados. También intento ser muy abierto con mis dificultades y necesidades para ayudar a que los demás me entiendan y mejorar mi comunicación con ellos.

Aclaración: por favor tengan en cuenta que este es mi marco de trabajo, y lo que funciona para mí, no necesariamente tiene que funcionar para todos. Estas ideas seguramente puedan ayudar e inspirar a muchas personas a construir su propio espacio, con las herramientas que les resulten más adecuadas.

Abrazar las diferencias para que la inclusión suceda

Al observar mi marco de trabajo, probablemente hayan notado que adaptarse a las formas del mundo “neurotípico” implica un importante esfuerzo para las personas neurodivergentes. Es probable que todos trabajemos en algún momento con alguien que padezca algún tipo de trastorno de neurodesarrollo y, al tener un mayor conocimiento de esta realidad, vamos a poder implementar pequeños cambios que faciliten sus tareas cotidianas y mejoren su bienestar.

Expandir nuestra conciencia e implementar acciones concretas son los primeros pasos para generar un ambiente de trabajo más inclusivo y amigable, en el que todas las personas puedan enfocar su energía en sus tareas y su crecimiento profesional.


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